¿De
qué depende realmente la tendencia musical actual?, para quienes aún conservan
aún un alto buen gusto musical, la base está en comprender el Significado de Canciones y de ellas
derivar un valor real para:
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El entretenimiento.
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La relajación.
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La reflexión.
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Bailables o fáciles de tararear.
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Que sus letras tengan un mensaje social
(directo o indirecto).
-
La posibilidad de adaptarla a otros
ritmos o arreglos vocales.
-
Su monetización (que no sea partiendo de
la falta de calidad ni vaya en desmedro).
Pero,
desde hace unos años (digamos que el siglo XXI por completo), la música ha sido
dependiente de aquello que un productor musical (incluyendo a inversionistas,
medios de comunicación y empresas sponsor), decide hacer para invadir al
mercado.
Y
es eso, invadirlo. Van en contra de la esencia real del marketing a la vez que
hacen uso del mismo. Quieren invadir los sentidos, imponer una tendencia, ir en
contravención incluso de los más elementales valores morales. Todo por el
dinero.
El
productor musical se encarga de encontrar a seres que no les importa ser
utilizados para hacer dinero, mientras ellos tengan algo de fama y muestren
todo su desparpajo y rebelión in sentido contra la sociedad formal.
Cuando
un productor musical se encarga de crear una imagen, crear “supuestos hits” y
levantar la imagen de quien en realidad por actuar propio no merecería nada,
toda su batería de trabajo se dirige hacia el éxito.
Y
ello es porque:
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No le interesan los fans (salud mental y
actitudinal).
-
Sabe que un gran sector es y será
cautivo.
-
Deben cubrir un mercado (órdenes del
status quo).
-
Mientras más inicua la letra, voz y el
ritmo, mejor, para que los que se sienten discriminados por la calidad, se
sumen.
No
podemos decir que todo productor musical actual sigue esta tendencia, hay
varios temas a dilucidar al respecto. Pero lo cierto es que una gran mayoría de
ritmos, letras y cantantes, han sido un punto en contra de la sociedad.
No
son muchas canciones en estos tiempos cuyas letras signifiquen algo fuerte y
consistente para todos los públicos. Ni siquiera apto. De allí que se estén
librando sendas luchas para retirar esos ritmos de algunos puntos sensibles de
la sociedad.
Pero
esta lucha es muy fuerte, ya que hay oscuros intereses financieros, políticos,
religiosos y de mercado, que defienden a cada productor musical y sus productos
dañinos, atacado a quienes levantan su voz –con mucha razón-, para sacar a
estos ritmos banales y viles de las calles.
¿Qué debería hacer un buen productor musical?
Sí
el mundo recuperase la calidad que tuvo desde los años 20 hasta 1999 (incluso
en los movimientos urbanos y cantantes de rap o hip-hop de esos tiempos habían
niveles de calidad aceptables), un buen productor musical cumpliría varias
funciones de valor social y dejaría reales legados, lo que actualmente no hacen
con esas basuras de composiciones y terrible elección humana de cantantes.
Porque
un productor musical (serio, profesional, consciente) es una persona que se
encarga de supervisar y dirigir el proceso de creación de una obra musical
(entiéndase, obra = arte), desde la composición hasta la distribución.
Algunas características que debe tener un productor musical de calidad
Saber
sobre Teoría musical. Conocer los
fundamentos de la música, como el solfeo, armonía, orquestación, contrapunto,
etc. Esto le permite tener una visión amplia y creativa de la música que quiere
producir. Y sí lo saben, utilizarlo para
crear productos valiosos en realidad.
Tener
una notoria Cultura musical. Estar
al tanto de las tendencias, estilos y los artistas musicales de diferentes géneros
y épocas. Esto le ayuda a adaptarse a las necesidades y gustos del mercado y
del público. Sí antes había calidad,
¿Por qué desmejorarla de manera tan satánica?
Cultura general.
Tener conocimientos variados sobre otros temas de interés, como historia,
política, ciencia, arte, etc. Esto le permite tener una mejor comunicación con
el artista y con el equipo de trabajo, así como generar ideas originales y
relevantes. Así no crean supuestos
aportes sociales, sino que la reflejan dignamente para llevar mensajes de
rescate y crecimiento social factible.
Puntualidad.
Cumplir con los horarios, las fechas de entrega, los pagos y los compromisos
adquiridos con el artista, el sello discográfico, el estudio de grabación y los
demás involucrados en el proyecto. Esto le da una imagen de profesionalismo y
seriedad. Hemos visto a productores
musicales hacer lo mismo que productores de eventos: Engañar, explotar, robar y
huir. Incumplir en todo ámbito pues.
Liderazgo.
Saber coordinar, motivar y resolver conflictos entre las personas que
participan en la producción musical. También saber delegar tareas y tomar
decisiones acertadas en situaciones de presión. Esto sí lo tienen, sólo que lo utilizan para engatusar y
crearse una buena vida, explotando de muchas maneras distintas a todos en
derredor.
Amor por la música.
Más de un productor musical (como los que generan reguetón, trap, chambeta,
etc.), muestran sin tapujo que no tienen pasión y dedicación por la música y
por su trabajo. Disfrutan del proceso de producción musical de productos
insípidos y deleznables, en desmedro de la excelencia y la innovación.
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