¿No
les ha ocurrido que alguna persona comienza paulatinamente a alejarse de sus
vidas sin ninguna razón, siendo antes tan frecuente el hablarse y ver su
disposición de conocer varios temas y promoverlos?
Aunque
esa persona no se aleja del todo, pues cuando se le saluda o se le solicita,
para ti, está. Lo que le hace invaluable y aumenta las preguntas sobre su
alejamiento, tipo:
-
¿Será que tiene mucho trabajo qué hacer
y no lo expresa aunque se lo haya preguntado?
-
¿Su pareja no le deja acercarse a mí o a
nadie o consume mucho de su tiempo?
-
¿Sería algo que dije o hice y no lo
percibí?
-
¿No querrá dar más a conocer varios
temas como lo hace porque cree que alardea?
-
Definitivamente, ¿Será que yo no le doy
la talla, se acabó la magia, pasó mi tiempo?
Las
preguntas anteriores son francamente válidas. Pero en vez de centrarse en
formulárselas usted mismo, sin llegar a una respuesta veraz, lo mejor es
consultarlo de manera serena, madura, abierta y contundente con su contraparte.
Si
alguien le hace tanto bien al conocer varios temas y compartirlos de manera
paisana, franca, metódica y con el objetivo principal de que ambos crezcan en
saber y sentir, ¡A esa persona hay que rescatarla y tenerla de su lado siempre,
cerca, sin ser empalagoso, pero sí constante!
La importancia de conocer varios temas
Hay
que hacer un “de tripas corazón” con respecto a qué es lo que ha sucedido para
el distanciamiento.
Hurgar
un poco de todas las conversaciones y/o actos prácticos que se ha tenido con la
contraparte y ubicar si es que ha habido patrones constantes y hasta
repetitivos de su parte, de la parte de la otra persona o en mayor o menor
medida, de ambos.
Porque
estar hablando siempre de lo mismo, termina creando una espiral rutinaria que a
alguien ha de cansar.
Y
no es que se mal catalogue a la persona que incurre en ello, no. Pero es que tampoco
se encuentra la forma más “digerible” e hacerle saber que hay más temas para
ambos.
Que
el reto intelectual, dialéctico, actitudinal y actitudinal, de saberes y
sentires, de búsqueda del conocimiento personal y mutuo, es para muchos el
alimento de sus almas.
Y
si no pueden conocer varios temas distintos de una fuente, obviamente que
buscarán otras.
Más
también se adentran en un error grave en la comunicación: No expresar lo que
sienten, esperan, quieren y optan por la distancia física y/o de comunicación
para no seguir cayendo en “más de lo mismo”.
¿Cómo se puede corregir ello?
En
primer lugar, hay que saber da el paso hacia adelante y expresar cuál y cómo es
el elefante blanco entre ustedes.
Reconocer
que es une escollo salvable con algo de comunicación y un poco de acción mutua.
Los
libros no duelen. Los programas educativos no molestan. La prensa en sus secciones
de actualidad y opinión no aburren.
Al
contrario, son fuentes de saber para conocer varios temas nuevos a explorar,
discutir, dar a conocer, ampliar o mejorar con mayores detalles.
Si
cuando ves a una persona la asocias con uno o dos temas, salte de esa zona de
confort y discriminación que sin querer has creado, estás limitando su saber y
a la vez te estás cohibiendo de expresarle muchas más cosas y, esencialmente,
quién eres en verdad.
La
bohemia y lo paisano o campechano son también formas expresivas válidas, que
permiten salirse de los rigores formales del saber filosófico, científico o
técnico. Mientras no abusen de la confianza, ambos pueden interactuar y
retroalimentarse de tal forma.
Estar
al día puede ser agobiante, pero abrirse a tocar tema de actualidad y equipararlos
a temas de antes o escenarios hipotéticos que podrían ser sus resultados (sin
imposiciones), es valioso para fundamentar conversaciones de calidad.
Por
ende, el conocer varios temas más, te ayudará a estar cerca de toda esa gente
valiosa y entrañable, sin hacerte indispensable o el tótem del saber, sino
alguien con el cual se puede ser multitemático y abierto en el multiverso del
saber.