Para
católicos, evangélicos, Testigos de Jehová, libre pensadores y todas las
religiones o creencias, existen varios temas para predicar coincidentes, ya que
se dirigen por igual a Dios y buscan enseñar al ser humano a encontrarse con
Él, así como con ellos mismos.
Si en sus
conversaciones o en sus inicios como predicador requiere de una guía para
comenzar, nos parece que el predicar algunos de éstos le abrirán esa puerta de
fe y esperanza que requiere en su vida para poder contagiarla a los demás, de
la manera más prolija y unificadora.
Cada tema
bíblico es diverso, pero siempre han tocado a la vida cotidiana de las
sociedades, alcanzando a billones de corazones en la historia de la humanidad.
Sugerimos, al predicar, enfocarlos así:
Adoración
Liderar
es inspirar a otros a seguir pasos justos en el camino de Dios y el adorarle
con fervor, humildad y sumisión, sin que se interprete a esta última el perder
el libre albedrío y la multiplicidad de pensamientos que se deben de tener para
ser ciudadanos universales en franca comunión con el Creador. Toma como base
para predicar: Salmos (5-7): “Pero yo voy a entrar en tu casa por la multitud de tu
misericordia; adoraré en tu temor hacia tu Templo Kadosh”.
Varios Temas Para Predicar: La Adversidad
La vida
no es color de rosa. La adversidad nos llegará así seamos los seres más
correctos del mundo. ¿Por qué?, porque de las grandes pruebas y las caídas que
se tengan en ellas, es que se prueba de qué estamos hechos y si no tenemos a
Dios sólo de nuestro lado cuando nos encontramos bien y lo dejamos cuando nos
va mal. Dios sabe cómo y cuándo rescatarnos y al sentir su mano poderosa (que
jamás nos abandona), entendemos que la adversidad pudo haber sido dura, pero
estando con Dios, nosotros somos más duros que ella.
Proverbios
(12- 21): “Ninguna injusticia complacerá al hombre justo, pero los perversos
son llenos de maldades”.
El Advenimiento
Creer, entender, profesar, celebrar y honrar la llegada de Jesús de
Nazaret en humilde pesebre y su propósito en pro de salvar a la humanidad toda,
une a todas las religiones e incluso a quienes no acuden a la iglesia. Es más
que un festejo con la familia, es el
festejo del valor de la familia. Y familia unida en torno a Dios, lo tiene
todo en la vida y de seguro, en la eternidad.
Santiago
(15:8): “Ustedes también sean pacientes; mantengan en alto su valor, porque el
regreso del Mesías está cerca”.
Varios Temas Para Predicar: Agradar a Dios
Agradar a Dios no es sólo darle las gracias y
portarse bien de manera estricta. Es ser espontaneo, natural y demostrar con
hechos y no con palabras que se entienden, además de las escrituras, los más
elementales principios de convivencia. De esa manera al predicar no crearás
separatismos de quién es más bueno que otros, sino que propulsarás a un bien
“magnético” que atraerá a muchos y se transformará en una cadena de resultados
positivos, haciendo del bien un hecho natural que más y más agradará al Señor.
Hebreos 16: “Pero no olviden hacer
el bien y compartir con otros, porque con esos sacrificios Dios se complace
mucho, porque éste es el producto natural de labios que reconocen Su Nombre”.
La Alabanza
Alabar a Dios
se hace en palabra, pensamientos y acciones. De Él vienen los médicos que
salvan, los arquitectos que diseñan, los pensadores que crean diversiones, las
manos humildes y fuertes que barren y cultivan la tierra, la persona que se
ama.
Respetar
al prójimo es alabar a Dios, porque él nos hizo a su imagen y semejanza.
Salmos
96: ¡Canten a Yahvé un canto nuevo!
¡Canta a Yahvé, toda la tierra! ¡Canta
a Yahvé, bendigan Su Nombre! ¡Proclamen su salvación día a día! ¡Declaren su Gloria a todos los hombres,
sus maravillas a todos los pueblos! porque
Dios es grande y digno de suprema alabanza; Él es terrible por encima de
todos los dioses.
Varios Temas Para Predicar: Amar a Dios
Como ya hemos dicho, amar a la creación toda es amar
a Dios. Confiar en su compañía, ayuda, lecciones, maneras de llevarnos y los
propósitos que tiene, alejados de la anarquía propia del hombre, acrecientan
nuestro amor por Él, haciendo más grande su ya inmenso amor de Él para con
nosotros.
Juan
3: 16: “Porque amó Dios tanto al mundo, que dio a su único e incomparable Hijo,
para que todos los que en Él confíen puedan tener vida eterna, en lugar de ser
completamente destruidos”.
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