Los bajos salarios o la
inexistencia de los mismos, son el principal problema económico que surge en el
seno de cada población: Los hogares. Léase que es la antítesis del salario medio en republica dominicana, colombia,
españa o mali, entre otros, donde al menos, se puede aspirar a cubrir las
necesidades básicas en el hogar, sí se aplica una profunda y estricta
organización y administración de recursos.
Ya quisiéramos que todos en el mundo ganásemos el salario medio en dubai, el cual pueden ver en la página web donde
nos percatamos la gran brecha salarial que existe entre países: salariojusto.com; dicho
salario se amolda a la economía de ese país, uno de los más acaudalados del
mundo, permitiéndole a los que lo ganan, vivir con la solvencia y tranquilidad
que su condición humana y social, merece.
Esa es la brecha que nadie quiere ver o comentar, porque implica que los
gobiernos y los empleadores no han buscado soluciones para que incluso los
bajos salarios, sean suficientes para tener dignidad. Porque sea cual sea el
monto del salario, el mismo debe procurarle a la ciudadanía, los más
elementales derechos.
De lograrse, ya sólo serían salarios como definición. Y la igualdad
estaría más cercana, al menos en el acceso a los bienes, productos y servicios
elementales, además de una esperanza de vida y crecimiento más segura y feliz. Esto
repercute en el crecimiento y consolidación del país.
Problemas que acarrean los bajos salarios
Es duro el confrontar y exponer la realidad de muchos, por los salarios
bajos que devengan. Pero sí podemos acordar que sean cuales sean los varios
temas o motivos que le llevan a aceptar esos salarios mínimos o bajos, el punto es que se están esforzando y no
hay de otra, más que desearles que la providencia les ayude a mejorar su situación
económica y laboral.
Los problemas más elementales son:
La precariedad laboral, la cual implica tener contratos
temporales, jornadas parciales, horarios irregulares y condiciones de trabajo
inadecuadas, que aceptan ante las bajas tasas de empleo, la alta demanda o
porque no puede optar a otra cosa (incluso, hay quienes aceptan por la
adrenalina y diferenciarse). Esto afecta a la estabilidad, seguridad y salud de
los trabajadores.
Dificultad para acceder a una vivienda digna, ya que los bajos salarios o
salario mínimo, no cubren el coste de un alquiler, una compra a crédito o
contado o una hipoteca en muchas ciudades. Esto obliga a los trabajadores a
compartir casa, vivir con sus familias u optar a estar en zonas marginales o
peligrosas, como también en ciudades dormitorio
que generan más gastos.
La exclusión social, que se refiere a la falta de
participación en la vida económica, política y cultural de la sociedad, ya que
la autoestima de los trabajadores se ve atacada, ellos mismos la retroalimentan
y, francamente, los precios colocan la encrucijada de decidir sí adquirir algo
o comer. Lamentablemente, los trabajadores con bajos salarios tienen menos
oportunidades de acceder a la educación, la cultura, el ocio y los servicios
públicos, incluso siendo ayudados por entes gubernamentales, privados,
institucionales o particulares.
Falta de protección social, la cual significa
que los trabajadores con salarios mínimos tienen menos derechos y prestaciones
que otros trabajadores. Por ejemplo, pueden tener menos cobertura de salud,
pensiones, subsidios o ayudas. Y, como la situación inflacionaria es tremenda,
eso tan bajo, no permite que las personas costeen lo más elemental (les invito
a leer en salariojusto.com cómo en
otras latitudes sí alcanza el dinero
devengado trabajando para vivir).
Los efectos negativos sobre el empleo, competitividad e
inflación, que pueden derivarse
de un aumento de los bajos salarios sin tener en cuenta el contexto económico y
social. Algunos expertos advierten que subir el salario mínimo puede provocar
una reducción de la oferta de trabajo, un aumento de los costes de producción y
un incremento de los precios. Esto sucede
cuando el gobierno imprime más dinero e impulsa a la inflación y no cree en el
libre mercado.