Las
próximas elecciones presidenciales en Venezuela, programadas para el 28 de
julio, han generado expectativas y preocupaciones. Aquí sintetizamos el entorno inmediato -ante los bruscos cambios diarios que se suceden en el tema- basados en información global actual.
Contexto político de las elecciones en Venezuela
El gobierno de nicolás maduro anunció la fecha de las elecciones, cumpliendo parcialmente un compromiso con Estados Unidos para levantar sanciones económicas. Luego de recibir “beneficios”, en especial el regreso de su bautizado diplomático, alex saab, comenzó sistemáticamente a incumplir el llamado “Acuerdo de Barbados”, que ha pasado a ser letra inerte.
Sin
embargo, la principal candidata de la oposición, María Corina Machado, fue
excluida de la votación, lo que planteó dudas sobre la equidad del proceso. Luego,
por consenso, eligieron a la catedrática Corina Yoris como sustituta, siendo
injustamente bloqueada su inscripción ante el Consejo Nacional Electoral (CNE),
que luego de largas y opacidad, aceptó a Edmundo González Urrutia como “candidato
tapa”, o sea, el candidato que aguantaría la tarjeta MUD mientras se buscaba un
candidato que el oficialismo esperaba fuese Manuel Rosales, poco apreciado por
la mayoría venezolana.
El
embajador González fue ratificado como candidato, calando rápidamente en el
gusto de la oposición quienes lo ven como alguien sereno y de actuar fáctico
que bien puede ser diplomático con quien le adverse y buscar equidad, mientras
aplica todo lo inherente a un gobierno transicional.
Dicha
candidatura se transformó en un escollo para los patrones del partido de
gobierno que, aunque aplican sus técnicas comunicacionales adversas
tradicionales en época de elecciones, poco han podido hacer con alguien que lleva encima la figura del
outsider tranquilo; tanto, que incluso amansó la verborrea de Machado –su peor
mal-, permitiendo calar en más pobladores, especialmente aquellos que no la
toleraban.
El
madurismo sigue restringiendo la disidencia y cerrando espacios democráticos, además
de montar ilusiones electorales que la mayoría, ya no tolera, ante la escasez
de gas, agua, transporte, vías, salud, gasolina, seguridad, urbanismos,
realidad social (no el espejismo de los mall y eventos) y el peor sueldo de
América Latina.
Posibilidades
The
New York Times sugiere que las posibilidades que el candidato opositor Edmundo
González gane éstas elecciones son significativas, siempre y cuando Maduro no se empeñe en ganar
"por las buenas o por las malas", como dijese y luego tuviese que
negar.
Las
encuestas dan un techo máximo de 30% al psuv, en base a consultas y a los
estimados en descenso de las últimas elecciones, además del desgaste de su
propia maquinaria, notorio incluso en la esposa de maduro, cilia flores, que
demuestra ya un cansancio de la vida política.
El candidato EGU acumula más de un 52% en dichas encuestas, además de la sensación de calle –en extremo palpable-, con un techo de 62%. Los otros candidatos sólo acumulan un 8%, liderados por el comediante Benjamín Rausseo.
Se
espera que la medición real sea en la campaña electoral que será del 04 al 25
de julio, aunque esta precampaña ha demostrado potencial y debilidad de ambos
candidatos en las que son unas elecciones netamente atípicas y conflictivas.
Observadores internacionales
Se
acordó que las elecciones contarán con observadores internacionales, incluida
la Unión Europea, lo que podría influir en la percepción de su legitimidad.
La
presión de Brasil, Colombia y España persiste, aunque el tiempo es más corto y
la capacidad técnica se vería limitada, en caso de que se apruebe en su
totalidad.
La prensa internacional es la que más informa sobre estas elecciones, ya que los medios de comunicación venezolanos son del Estado o están subyugados por el mismo, so pena de cárcel, confiscación y suspensión de la concesión del espectro radioeléctrico.
En resumen, las elecciones en Venezuela están cargadas de incertidumbre. La exclusión de candidatos y las restricciones a la oposición plantean desafíos y varios temas estratégicos por parte de los políticos, sociedad civil y cada votante sin excepción para aupar y fortalecer la transparencia y la democracia.
Esperemos
que se realicen de manera justa y que el pueblo venezolano pueda expresar su
voluntad de manera libre y segura.
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