Cierto,
hay varios temas muy sabidos sobre los moteles que tocarlos caería quizás en la
redundancia o expondrían a todos aquellos -casados o solteros-, que se van a
dar rienda suelta a sus placeres en ellos, por su discreción, precios y
facilidad para acceder con el vehículo.
Incluso
ya hay moteles tan cercanos que se dedican a quienes van a pie, parejas
-casadas o no- que no le temen al qué dirán y acceden allí porque saben que lo
que harán no es ilegal o al menos, no es de la incumbencia de la mayoría. Además,
dicha mayoría no puede ser tan caradura, porque en algún momento de su historia
de seguro también fue a un motel.
Evolución de los moteles
Como
bien informa y educa el afamado portal dedicado a este gremio motelesenmexico.one
que ha estudiado e indica cuáles son los mejores moteles a visitar, a lo largo
de los años esta industria ha transformado su imagen y función, pasando de ser
simples paradas de descanso para viajeros a convertirse en auténticos destinos
recreativos (distintos a los hoteles).
Los
moteles han evolucionado significativamente, ofreciendo servicios de lujo y
habitaciones temáticas que se adaptan a las necesidades de los viajeros
modernos o de las parejas de sitios cercanos a sus sedes.
Esta
evolución los ha llevado a convertirse en sitios – refugio en los cuales lograr
experiencias únicas, ya que algunas cadenas han incluido spas, restaurantes de
alta gama y áreas de entretenimiento, además de las habitaciones temáticas.
E
punto en contra de ello es que se han desligado de los precios asequibles, dificultando
a las nuevas parejas de novios, esposos o amantes a poder disfrutar de ellos,
lo que para algunos ha resultado un acto discriminatorio (e incluso, cruel).
Por
fortuna, quienes han entendido que la rentabilidad de los moteles está en los
buenos precios y que no exista desmedro en la calidad -incluso en la sencillez-
han podido mantenerse e incluso resurgir, llegando a trastocar relativamente a
las grandes cadenas de moteles que quieren hacer de la estancia una experiencia
que vaya más allá de la primera intención.
Esta
es una batalla de percepciones que sólo estimula al mercado, pero que requiere
que ambos bandos la entiendan y que incluso, las parejas así lo acepten, ya que
hay quienes no asistirían a un motel limpio y módico, sólo porque no les da
caché o creen que se merecen más. Olvidan que es la persona con quien están, lo
que vale más que el lugar (incluyendo la higiene).
Diversidad temática
Debemos
por igual el reconocer que una de las características más llamativas de los
moteles actuales es la diversidad temática de sus habitaciones. Muchas de ellas
están decoradas de manera creativa e innovadora con temáticas que van desde
películas icónicas hasta ambientes exóticos (jungla, prehistoria, Edad Media,
estilo romano, pool dance, disco, etc.,.) que invitan a la exploración y la
diversión.
Esta
originalidad atrae a parejas y/o grupos que buscan una escapada romántica o una
experiencia diferente, pero no son adecuadas para el viajero por carretera que
sólo quiere dormir, comer y/o realizar conversas o tratos desde un lugar
seguro, cosa que los moteles deberían de comprender para no perder a un mercado
y no crear inconvenientes en clientes potenciales.
Los moteles cercanos
A
los moteles se les llama así porque pueden guardarse los vehículos motorizados
directamente en el espacio contiguo a la habitación alquilada, cosa que los
hoteles no brindan. Ello, además del elemento discreción, también es una manera
segura de contar con practicidad con el vehículo.
Ahora,
la hotelería de una y/o dos estrellas está tomando hábitos de moteles de paso
para poder mantenerse en el negocio, ya que el alquiler de las habitaciones por
horas resulta más rentable que por lapsos de un día, gracias a la continuidad
(en un día se puede alquilar una habitación hasta 5 veces descontando el tiempo
de limpieza profunda de las aseadoras al cuarto).
Estos
hoteles que son los moteles para la gente de a pie, están enclavados en el
centro de las ciudades, distintos a los originales que están en las vías de las
autopistas, panamericanas y/o carreteras. En los que están en pleno centro de
la ciudad sólo entran los valientes y sin tabúes, que no temen al qué dirán y
saben que no van a nada ilegal.
Esto
funciona por igual para la asequibilidad como para la calidad, higiene y la
honra, ya que no son lugares indignos a los cuales temer por sus precios. Además,
son fiscalizados por las asociaciones hoteleras, autoridades sanitarias y
municipales por igual.
Así
que, si quieren ir caminando a un motel, háganlo sin temor y reconociendo que
es lo que por los momentos se pueden costear. Luego podrán ir a los moteles con
mayor costo y temática. Lo que importa es estar en la intimidad con quien les
gusta y ser de esa manera también copartícipes en la estabilidad económica,
hotelera y turística d su región.
Los
moteles son lugares de privacidad y madurez; de seguridad y de legalidad. Donde
el derecho al respeto ajeno es la paz y que no deberían ser cuestionados por el
lugar donde estén y cómo se accede. Sólo llamarles la atención para que sean
más abiertos a los distintos públicos que merecen vivir la experiencia de estar
en un lugar que sea significativo también por el espacio, para un momento
rebosante de intimidad.
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