El derecho internacional y la intervención en estados soberanos con situaciones no recurrentes y varios temas que cambian su situación: el caso de Venezuela.
El derecho internacional es un
sistema de normas y principios que rige las relaciones entre los Estados y
otros actores globales. Su propósito es asegurar que los Estados operen de
manera justa y respetuosa en el ámbito internacional.
Sin embargo, las complejidades
de la política global a menudo ponen en tela de juicio la validez y aplicación
de este derecho, especialmente en situaciones de crisis política como la que
atraviesa Venezuela.
Analicemos las limitaciones
del derecho internacional en la intervención a países cuyos gobiernos no son
reconocidos como legítimos y exploremos el caso específico de Venezuela.
Principios del derecho internacional
El derecho internacional se basa en varios principios fundamentales, entre los que se destacan:
Soberanía: Cada
Estado tiene derecho a controlar su propio territorio y gobernarse a sí mismo
sin interferencias externas.
No intervención: Este
principio establece que ningún Estado debe intervenir de manera directa o
indirecta en los asuntos internos de otro Estado (Estado legítimo).
Derechos humanos:
Existe una clara tendencia hacia la protección de los derechos humanos, pero
las formas de intervención para lograr esto son motivo de debate.
Autodeterminación: Los
pueblos tienen el derecho a determinar su forma de gobierno sin interferencias
externas.
Estos principios son
esenciales para establecer un orden internacional basado en el respeto y la
igualdad. Sin embargo, la violación de derechos humanos o la falta de
reconocimiento de un gobierno legítimo generan dilemas en su aplicación.
Situación política en Venezuela
Desde la elección de nicolás maduro
en 2013, la situación política en Venezuela se ha deteriorado. Su gobierno ha
sido criticado por prácticas autoritarias, incluyendo la represión de
opositores políticos, violaciones a los derechos humanos y la manipulación
electoral.
En 2019, el líder opositor
Juan Guaidó fue proclamado presidente interino, recibiendo el reconocimiento de
varios países, incluyendo Estados Unidos y miembros de la Unión Europea. Sin
embargo, otros países, como Rusia y China, continuaron apoyando a Maduro.
La falta de consenso sobre
quién es el legítimo gobernante de Venezuela crea un ambiente complicado en el
ámbito internacional. Muchos Estados consideran a Maduro como un dictador,
mientras que otros defienden su mandato como válidamente elegido.
Pero en 2024, aunque las
elecciones fueron amañadas, el pueblo venezolano votó masivamente a favor de
Edmundo González Urrutia, quien fuera el candidato que dio la cara por la que
debió ser la candidata -María Corina Machado-, resultando en las actas y en el
reconocimiento nacional e internacional como el ganador, pero el CNE manipulado
por maduro y jorge rodríguez, dio como ganador sin demostrarlo a Nicolás, lo
que no ha sido reconocido por la mayoría de países, incluso algunos de
izquierda.
Ambigüedad del reconocimiento gubernamental
El reconocimiento de un
gobierno como legítimo y su correlativa capacidad de recibir apoyo
internacional es un tema complicado en derecho internacional. Cuando un
gobierno no es ampliamente reconocido, como es el caso de maduro, la
posibilidad de intervención legítima se ve cuidadosamente evaluada.
La comunidad internacional no
puede intervenir en asuntos internos sin un consenso sobre la legitimidad de
aquel al que pretenden ayudar o derrocar. Este dilema se presenta porque, por
un lado, la intervención puede estar motivada por la necesidad de proteger los
derechos humanos, pero, por otro, puede ser vista como una violación de la
soberanía estatal.
Ya Donald Trump y su equipo ha
demostrado que no reconoce a maduro como Presidente de Venezuela e incluso le
ha nombrado como jefe de un cártel narcoterrorista, lo que le permite a USA a
buscarle como un delincuente. Al no ser reconocido como gobierno legítimo, automáticamente
pierde la condición de reconocimiento y soberanía que dicta el derecho
internacional, aunque el trato de captura debe ser humanitario y evitarse
convertir a Venezuela en un “estado de sitio o país pacificado”; ello puede
aplicar en cualquier país con similares condiciones, no es una excepción
especial el caso de Venezuela.
Intervenciones humanitarias y el derecho internacional
El concepto de
"intervención humanitaria" ha ganado protagonismo en el discurso
político. Se refiere a la intervención militar de un Estado o grupo de Estados
en otro Estado, sin su consentimiento, con el objetivo de prevenir o detener
violaciones graves de derechos humanos. Sin embargo, la legalidad de dichas
intervenciones está en cuestión.
La ONU y el derecho
internacional tradicional no han establecido un marco claro que justifique las
intervenciones sin el consentimiento del país afectado; esto ha transformado a
la ONU en el ente más inútil existente, según analistas a nivel mundial.
En el caso de Venezuela,
aunque la situación humanitaria es grave, el principio de no intervención
obstaculiza a otros Estados a intervenir militarmente a favor de un gobierno
reconocido por algunos, pero no por otros. Por lo tanto, la intervención en nombre
de la humanidad puede ser vista como una violación de la soberanía de un Estado,
algo para lo cual, la administración Trump tuvo que labrar caminos y ganar seguidores
entre otros países de la región que se ven afectados económica y moralmente por
el accionar del régimen de nicolás maduro.
Por lo tanto…
La aplicación del derecho
internacional en la intervención a países con gobiernos no reconocidos, como es
el caso de Venezuela, refleja las tensiones entre soberanía, derechos humanos y
políticas internacionales.
Mientras que el sufrimiento de
la población puede justificar la intervención, el respeto por la soberanía
estatal y el principio de no intervención presentan obstáculos significativos.
El dilema del reconocimiento
de un gobierno legítimo y las consecuencias de su falta en el ámbito
internacional pone de relieve las complejidades inherentes al derecho
internacional.
En definitiva, el caso de
Venezuela debe servir como un llamada a la reflexión sobre la necesidad de
crear mecanismos más claros y justos para abordar crisis humanitarias, ser más estrictos
con la pulcritud antes, durante y después de los eventos electorales, sin
comprometer el respeto por la soberanía estatal y el orden internacional.
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