La llegada de la inteligencia artificial ha cambiado radicalmente al mundo; y aunque hay muchos que inventen diciendo que no vino a quitar empleos y hacer mentes sosas, es porque no le ha usado a profundidad o su rol en la sociedad no está ligado al uso directo de la IA (al menos, no todavía); pero con tan sólo ver cómo quieren cambiar al horario laboral, se puede notar que la afectación viene de la IA y de muchos humanos indolentes.
El nuevo horario laboral
La pretensión
de los grandes desarrolladores de la IA es que se trabajen 3 horas diarias,
disminuyendo de las 8 convencionales. Incluso hay países que buscan tener una
semana laboral de 4 días (lunes a jueves), argumentando que así se pasará más
tiempo con la familia.
Allí
no están considerando que el trabajador no verá aumento en sus ganancias
salariales, prácticas y de desarrollo social; además, hay gente que, si la
sacas de trabajar o no le das trabajo continuo, literalmente la matas, cosa que
le ocurre a quienes son jubilados e igual a quienes tienen gusto por laborar en
su plena edad productiva.
Hay países
donde el horario laboral es de lunes a lunes 12 horas diarias y eso en la
mayoría de los casos, es explotación y en algunos casos, una necesidad
(fábricas que no pueden parar, sector salud y sector seguridad); pero ellos
saben crear horarios que permiten mantener a sus trabajadores psicofísicamente
sanos.
Dicen
-retomando- que estarán más tiempo con la familia. ¿Sabían que la ansiedad de
estar más en casa, disminuye los tópicos de conversación y genera más gastos?,
claro estamos en que la familia prevalece, pero el desbalance de estar más
tiempo, creará tedio y gastos, como pudimos ver en los tiempos de la pandemia.
La sugerencia, nuevamente
Luego
de que se instituyera, gracias a luchas laborales y sindicales, que el horario
laboral fuese de 8 horas, el mundo progresó. Y si bien la automatización y la
IA ayudan a alivianar diversos aspectos, cercenar el tiempo útil y no guiar
para crear nuevos negocios, tiempo práctico y ayudar a la economía personal y
del país, es atacar de micro a macro a cualquier nación.
El ciclo
circadiano se nos ha movido por las preocupaciones y el uso de los dispositivos
móviles, de eso no hay duda y es cosa de cada quien. Pero, según diversos
estudios, por varios temas el día debería dividirse en 3 secciones que son:
-
8
horas para dormir.
-
8
horas para trabajar.
-
8
horas para socializar.
Las dos
últimas se ligan tanto que las horas de socializar se acortan y es por culpa
del horario laboral, ya que la gran mayoría necesitamos como mínimo una hora
para ir de casa al trabajo y otra para venir del trabajo a casa (y para muchos,
más). Incluso se “pica” del tiempo de sueño para prepararse a ello.
Si tuviésemos
que acortar el tiempo del horario laboral, debería de ser a 7 horas. De ellas
tomaría sólo media hora del tiempo de sueño y una hora en tiempo total del
tiempo social y no trastocaría a la productividad.
Recuerden
que la hora del almuerzo es horario para socializar, para cuando saquen sus
cuentas mentales. Entonces, sí se trabajan 7 horas y se inicia a las 8 de la
mañana, el horario de salida sería a las 4 de la tarde. Un tiempo que igual
ayudaría a la economía porque hay chance de ir a un dentista o hacer compras o
ir al cine.
La holgura
sin irresponsabilidad no debe ser el cercenar más de la mitad de la jornada
laboral. Con un horario laboral de 7 horas en la mayoría de oficinas,
comercios, centros de salud e investigación, bastaría.
Y sí
agregan dos turnos o grupos, incluso podrían trabajar 5 días a la semana,
moviendo los días de descanso y el negocio estaría siempre abierto. Dejando el
espacio ara sentarse, ir al baño o por un café, que cuente en el predio
laboral. Los buenos empleados lo sabrán compensar.
Hasta
las horas extras crecerían en el horario laboral y se adelantarían muchos
proyectos porque sigue estando en el ciclo dinámico del trabajador y eso
compensaría con creación de ingresos extras para el patrón, teniendo un
personal sano y proactivo.
Seguramente
ningún ente gubernamental leerá esto y más si están influenciados por la
improductividad populista. Pero hay empleadores que me leen y saben que la razón
asiste a la propuesta, ya que equilibra el tiempo de trabajo con el tiempo
social y el descanso que necesita un trabajador y hasta el mismo abnegado
empleador.
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