Cuando se busca interpretar
La Biblia para fomentar imposición (dominación del hombre por el hombre), intentar tergiversarla para imponer otras
traducciones (protestantes, calvinistas, Testigos de Jehová), hacer ver que son
otras religiones las que tienen la razón y el poder (islamistas) o para crear “circos
de fe” para quitarle el dinero a las personas creyentes engañadas, surgen
problemas que instan a la separación.
El que esté escrita en
parábolas y narre episodios que ya no se sucedan, además de tener frases
-versículos- fácticos que permiten la libre interpretación, no implica que
vamos a permitir que nos quieran cambiar la fe, nos separen para demostrar
supuesto amor y mucho peor, abusar de los demás para honrar a Dios, tan sólo
porque un libro o tratado escrito por hombres sin inspiración divina, así lo
dicen.
Aunque el interpretar La
Biblia se puede tipificar entre los varios temas más polémicos en el mundo,
hemos recopilado analíticamente un compendio de problemas que realmente se
suscitan al interpretar la Biblia de forma desequilibrada especialmente por
querer favorecer intereses particulares:
Problemas que se suscitan por interpretar La Biblia a conveniencia de una persona, grupo, secta, ciencia, ideología o religión
Justificación de la discriminación:
Usar textos fuera de contexto para validar prejuicios raciales, de género,
socioeconómicos o de orientación sexual.
Fomento del sectarismo:
Crear divisiones estrictas entre grupos cristianos, llevando al aislamiento y a
la hostilidad hacia otros creyentes.
Autoritarismo eclesiástico:
Concentrar el poder en líderes o élites que usan versículos seleccionados para
exigir obediencia incondicional.
Supresión de la razón y
la ciencia: Interpretar literalmente pasajes poéticos
o narrativos para rechazar descubrimientos científicos o el pensamiento
crítico. Claramente, la ciencia es una de las virtudes teologales y sabe
plantarse por debajo de la fe en la cual están implícitas las verdades que la
mente no comprende, pero el ser en general, percibe.
Explotación financiera:
Manipular promesas de prosperidad o amenazas de castigo para exigir diezmos y
ofrendas desmedidas, enriqueciendo a pocos.
Desigualdad de género: Enfatizar
pasajes que limitan a las mujeres a roles domésticos o subordinados, ignorando
ejemplos bíblicos de liderazgo femenino.
Falta de ética universal:
Concentrarse en normas ceremoniales o legales obsoletas mientras se pasa por
alto el mensaje central de justicia y compasión.
Fanatismo y exclusivismo:
Afirmar que solo la propia interpretación garantiza la salvación, demonizando a
quienes piensan diferente.
Ignorar la contextualización
histórica: Aplicar leyes o costumbres del antiguo Israel, Roma y
ciudades o pueblos aledaños directamente a la sociedad moderna sin entender su
propósito original ni diferenciar al Viejo Testamento del Nuevo Testamento.
Refuerzo de la ceguera
social: Enfocarse excesivamente en la "salvación
individual" al tiempo que se ignora la obligación de enfrentar la
injusticia sistémica.
Creación de culpabilidad
tóxica: Usar textos sobre el pecado y el juicio de forma
punitiva para controlar a los seguidores mediante el miedo constante.
Legalismo estéril:
Convertir la fe en una lista interminable de reglas y prohibiciones humanas,
perdiendo de vista la gracia y la libertad espiritual.
Promoción de la
Violencia: Seleccionar narrativas de guerra o juicio divino para
justificar el odio, el conflicto o la agresión contra grupos externos.
Desconocimiento del género
literario: Interpretar profecías apocalípticas de manera literal
y sensacionalista, generando pánico y fechas fallidas para mantener a la
sociedad en ascuas y jugar con las mentes más propensas a hacer y/o hacerse daño
en nombre de algo que no se ha profetizado y/o es inviable.
Inconsistencia doctrinal:
Adoptar posturas contradictorias al tomar un versículo de manera absoluta y
rechazar otro que lo equilibra, tan sólo para mantener su parecer y atacar a la
fe y argumentaciones sólidas y comprensibles de la contraparte (casi siempre,
los afectados son los cristianos católicos).
Obstaculización del crecimiento
personal: Usar versículos aislados para impedir que los
individuos cuestionen, maduren o busquen ayuda profesional (como terapias).
Aislamiento cultural:
Fomentar una visión de "nosotros contra el mundo" que impide la
participación cívica o el diálogo respetuoso con la sociedad.
Trivialización de mensajes
clave: Reducir parábolas complejas o enseñanzas profundas a
consignas simplistas y vacías para ganar adeptos rápidamente.
Manipulación política:
Usar la autoridad bíblica para respaldar agendas políticas específicas, dando
una falsa santidad a ideologías partidistas.
Pérdida de la relevancia moral: Al enfocarse en asuntos menores de su interés, la interpretación sesgada pierde la oportunidad de ser una voz profética sobre los grandes desafíos éticos de la humanidad.

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