La reputación en línea nos atañe a todos, ya que así como somos
dueños de lo que decimos, somos dueños de lo que exponemos al mundo, para
vender, servir o que sea visitado, en el caso de terceros.
Este es un trabajo dual, entre tú,
que eres el interesado y/ responsable de lo que se expone al público; y del
especialista en gestión de reputación online al cual deberías conferirle los permisos, adecuados para que te
mantenga al tope de la credibilidad, aprobación, receptividad y demuestre lo
que es tu real esencia, sea corporativa, obrera, de micro emprendimiento, de
responsabilidad ante los bienes y servicios a tu carga y de ti mismo.
Un tanto de polémica
De algún muy mal intencionado lado surgió
la idea de que tener una polémica es una buena idea para llevar a un nuevo
nivel a tu reputación en línea. Hasta que no se ven los apuros y malos ratos
que en ello se vive, no se comprende que no es una identidad plausible, recomendable
ni soportada por todos, salvo aquellos que quieren trascender por una imagen
bastante dispersa y desenfrenada.
Tu reputación en línea es igual a
la que mantienes en las calles y el cómo te comportas con tu entorno desde la
paz de tu hogar. Querer armar polémica para llamar la atención, termina siendo más
bien un llamado de atención de que algo no está bien contigo o de quien te está
asesorando.
Y subsanar todo ello no es tan
simple como se podría pintar. Ciertamente hay quienes olvidan, pero la reputación
en línea muchas veces no permite ello, gracias a que queda asentado en diversos
portales y perfiles y, en la actualidad, es la comidilla ideal para sustenta cualquier
cantidad de memes.
No toda publicidad mala es buena,
porque al final es publicidad, como dicen los publicistas más tradicionalistas.
Quizás un poco de picardía saque a tu bien,
producto, marca, servicio o imagen personal del letargo, pero hay
consecuencias a asumir.
La reputación en línea es ganancia
Toquemos de nuevo el punto anterior,
sobre la publicidad mala. Esta es una medida desesperada, audaz y que debe
saber leer el momento, para que impacte en el conglomerado.
Ejemplo es el de las míticas
batallas entre Burger King y Mc Donald’s,
donde ambas casas de comida rápida se lanzan todas las puntas habidas y por
haber. O se lo dicen directamente al refutar sus campañas publicitarias.
De hecho, estos piques son tan
esperados como los de Universal Studios
vs Disney. Todas esas empresas tienen consolidadas su reputación en línea y
los consumidores esperan son los resultados en base a los motivos.
En el contrataque rara vez se
pierden clientes. Y de perderse, no los resienten porque las personas saben que
son estrategias y una manera de tratarse.
Otras empresas lo intentan sin
saber manejar el momento, el mensaje y lo que esperaría el público y terminan
estrellándose y toca recomponerlos, pero la vergüenza les persigue. En ocasiones
las saben canalizar. En otras, simplemente se desploman.
Entonces aquí vale preguntarte a
ti, que quieres forjar tu reputación en línea: ¿Estás dispuesto a estrellarte o
a mantener un perfil estoico, nada aburrido y bastante acorde (con toques de
audacia) a tu favor?
No sé, pero creo que la respuesta
es que prefieres no arriesgarte a ser quien no eres, para poder generar dinero
y consolidar tu imagen, a ser un debut y despedida por el mero hecho de querer
jugar al “duro y atrevido” en las redes.
Por ende, crea tu reputación en línea o permite que un especialista la diseñe, eleve y la mantenga alto
La reputación en línea es la imagen
y el nivel de prestigio que tu marca o de ti personalmente, forjas en internet.
Debes ser metódico, algo lineal y
coherente entre lo que dices y haces, para que tu reputación en línea sea
forjada definitiva y principalmente por las opiniones expresadas por los
usuarios o consumidores sobre tu calidad en lo que sea que ofrezcas; por el
trato que das a cliente o admiradores; la responsabilidad social que ejerces no
por obligación ni para lucite, sino por el gusto de cumplir un deber ciudadano, etc.
La reputación en línea podrá ser
positiva o negativa e influir en la decisión de compra, fidelización y/o la
recomendación de los potenciales clientes.
No abandones ganancias solo por
mostrar una personalidad que no tienes o que sólo te dará plácemes egocéntricos.
Equilibrarte con el conglomerado no es cambiar tu personalidad, sino más bien
mejorarla.
La bidireccionalidad será positiva
y de seguro te abrirá nuevos horizontes de placer. Diseñala o pide a un
especialista en gestión de reputación en línea, que te asesore a full time.
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