La
menopausia es un proceso natural que marca el final de los
ciclos menstruales en las mujeres. Se diagnostica después de que transcurren
doce meses sin tener un período menstrual. Aunque es un evento biológico
inevitable, los síntomas físicos y emocionales pueden afectar la calidad de
vida.
He aquí varios temas y detalles importantes afines
al tema.
La Menopausia
Síntomas comunes durante la perimenopausia (los meses o años previos a la menopausia) incluyen:
Períodos
menstruales irregulares: Los ciclos pueden volverse más
largos, más cortos o más intensos.
Sequedad
vaginal: Puede causar molestias durante las relaciones
sexuales.
Sofocos:
Sensación de calor repentino en la parte superior del cuerpo.
Molestias
nocturnas: Escalofríos y sudores nocturnos, junto a
otros problemas de sueño.
Anímico:
Cambios
en el estado de ánimo.
Masa
muscular: Aumento de peso y metabolismo lento.
Cabello:
Afinamiento
del cabello, caída temporal y piel seca.
Busto:
Pérdida
de volumen en los senos.
Edad
promedio de la menopausia: Por lo general, ocurre entre los
45 y 55 años, aunque puede variar. Factores como la genética, el origen étnico
y el tabaquismo influyen en la edad en que una mujer experimenta la menopausia.
Tratamientos disponibles para la adaptabilidad a la menopausia
Ajustes
en el estilo de vida: Incluyen una dieta saludable y
ejercicio regular.
Terapia
hormonal: La administración de estrógeno y progesterona puede
aliviar los síntomas.
Medicamentos:
Algunos antidepresivos y anticonvulsivos pueden ayudar con los sofocos
extremos.
Autocuidado:
Practicar yoga, aerobics y mantener siempre una buena elasticidad e hidratación.
Cambios que se realizan durante la menopausia
Durante la menopausia se producen cambios hormonales
significativos en el cuerpo de la mujer. Estos cambios están comandados por el
descenso en la producción de dos hormonas clave: estrógeno y progesterona.
Estrógeno:
El deterioro natural de las hormonas reproductivas,
especialmente el estrógeno, es fundamental en la menopausia.
A medida que te acercas a los cuarenta años, los
ovarios comienzan a producir menos estrógeno.
Los síntomas relacionados con la disminución de estrógeno
incluyen:
Sofocos:
Sensaciones repentinas de calor en la cara, el cuello y el pecho.
Cambios
vaginales: Sequedad vaginal y adelgazamiento del tejido
vaginal.
Pérdida
de calcio en los huesos: Esto puede llevar a la
osteoporosis y afectar la estatura.
Irregularidades
menstruales: Los períodos pueden volverse más
largos, más cortos o más intensos antes de cesar por completo.
La Terapia de
Reemplazo Hormonal (Trh) con estrógeno puede aliviar algunos de estos
síntomas.
Progesterona
La progesterona también disminuye durante la
menopausia. En mujeres que aún tienen el útero, se puede administrar estrógeno
con progestágeno para proteger el revestimiento uterino.
Ante la pérdida de progesterona se termina por
afectar el ciclo menstrual y contribuir a la irregularidad de los períodos.
¿Cómo afecta la menopausia a los huesos?
La menopausia tiene un impacto significativo en la
salud ósea, principalmente debido a la disminución de los niveles de estrógeno.
Este cambio hormonal puede llevar a una serie de efectos en los huesos, a saber:
Pérdida
de densidad ósea: El estrógeno ayuda a mantener la
densidad ósea estimulando la actividad de los osteoblastos (células que
construyen hueso nuevo) y al inhibir la actividad de los osteoclastos (células
responsables de la reabsorción ósea).
Con la disminución de estrógeno durante la
menopausia, la actividad de los osteoclastos prevalece, lo que puede conducir a
una pérdida gradual de densidad ósea.
Aumento
del riesgo de osteoporosis: La disminución en la densidad ósea
puede incrementar el riesgo de osteoporosis, una enfermedad en la que los
huesos se vuelven frágiles y propensos a fracturas.
Fracturas
más comunes: Las fracturas asociadas con la
osteoporosis ocurren con mayor frecuencia en la columna vertebral, vértebra
lumbar, caderas y las muñecas.
Además, otros factores relacionados con la
menopausia como la disminución de la actividad física y el posible aumento de
peso, pueden contribuir al deterioro de la salud ósea.
Para mantener la salud ósea durante la menopausia, se recomienda:
Ejercicio
físico regular: Fortalece los huesos y los músculos,
previniendo el desarrollo de la osteoporosis.
Dieta
saludable: Rica en calcio y vitamina D, esenciales para la
salud ósea.
Evitar
el tabaco y moderar el consumo de alcohol: Ambos son
perjudiciales para los huesos.
Controles
periódicos de densidad ósea: Para detectar y tratar
la osteoporosis a tiempo.
Es importante consultar a un médico para obtener
recomendaciones personalizadas y tratamientos adecuados para proteger la salud
ósea durante y después de la menopausia.