La
religión más seguida en Latinoamérica es el
cristianismo, y en
particular el catolicismo, aunque se han sumado algunas ramas del
protestantismo que sí bien han acercado a los feligreses a Dios, también han
causado división, malestar y malos ejemplos, como aquello de cobrar a ultranza
el diezmo en cantidades exorbitantes con el cuento de que así entraran a la
gracia de Dios y, por ende, al cielo a gozar la vida eterna.
Pero,
¿qué factores han propiciado su predominancia frente a otras religiones como el
islam o el hinduismo? Es interesante explorar las raíces históricas, culturales
y sociales que han mantenido el catolicismo como la principal fe en la región y
que toca defender, especialmente cuando hay religiones que si bien tienen a una
feligresía amante y respetuosa de Dios (le den el nombre que le den), sus dirigentes
se enfocan en varios temas políticos, ideológicos y económicos para dominar al
hombre, algo que nosotros los latinoamericanos no debemos permitir, como lo
están haciendo algunos países europeos cuyo norte es el cristianismo, pero que
están padeciendo los desplantes y atrocidades que hacen en nombre de su religión
algunos provenientes del Medio Oriente, Asia y sur de África.
El cristianismo: Orígenes históricos
La
adopción del cristianismo en Latinoamérica tiene sus raíces en la colonización
europea, especialmente la española y portuguesa, que llegó a estas tierras en
el siglo XVI. En este contexto la fe católica fue impuesta como un sistema de
creencias a la par de un instrumento de dominación cultural y política que
gracias a la voluntad de frailes, sacerdotes, monjas y la fe llana de los latinoamericanos,
se fue diluyendo en lo malo y quedando lo bueno tal cual ahora lo vivimos.
A
través de la evangelización, la Iglesia catequizó a las poblaciones indígenas
que como vemos en la actualidad, jamás perdieron sus valores ancestrales y
saben vivir en equidad con los descendientes de varios siglos de generaciones
que conformamos a la América Latina toda hoy por hoy.
Por
otro lado, el cristianismo comenzó ´su camino mucho antes, en el siglo IV con
el emperador romano Constantino, quien lo declaró como la religión oficial del
Imperio romano, facilitando su expansión a lo largo de Europa. Pero ojo, el
cristianismo viene de antes, Jesucristo fue quien edificó su iglesia y San
Pedro colocó su primera piedra en compañía de San Andrés, por eso el
cristianismo y el catolicismo ortodoxo son las ramas fieles a los lineamientos
que Jesús nos dio.
Poder y sociedad
Durante
siglos, la Iglesia católica cimentó su poder en diversas esferas de la vida
social y política en Latinoamérica. Su influencia fue tal que muchas
constituciones nacionales y leyes adoptaron valores católicos que eran
considerados pilares de la moralidad y la ética civil.
Sin
embargo, en las últimas décadas, este poder ha ido en declive. La
modernización, la urbanización y la creciente diversidad religiosa han
permitido que surjan nuevas formas de creencias y prácticas espirituales que pusieron
en riesgo a la real comprensión bíblica. Grupos protestantes, evangélicos y
nuevas religiones han ganado terreno, reflejando una creciente secularización
en la región y, el cristianismo, se ha visto atacado por ser la fe verdadera y
atacar los males del libertinaje que el progresismo e izquierdismo ha
implantado.
El cristianismo: Sincretismo cultural
Uno
de los elementos más fascinantes de la religiosidad en Latinoamérica es el
sincretismo. La fusión de creencias indígenas y elementos de la fe católica ha
dado lugar a prácticas culturales ricas y únicas. Por ejemplo, las festividades
católicas suelen entrelazarse con rituales indígenas, creando celebraciones que
reflejan la identidad cultural diversa de la región.
Religiones
como la santería y Candomblé combinan el catolicismo con elementos africanos,
lo que demuestra que, a pesar de los intentos de homogeneización por parte de
la Iglesia, las comunidades han mantenido sus propias identidades y prácticas.
El
cristianismo, en particular el catolicismo, ha tenido un impacto profundo y
duradero en la historia y cultura de Latinoamérica. Aunque su predominancia ha
sido moldeada por la colonización y la política a lo largo de los siglos, el
panorama religioso en la región se está redefiniendo constantemente. La mezcla
de tradiciones, el surgimiento de nuevas denominaciones y la secularización
presentan un desafío y una oportunidad para la fe en el continente, que sigue
siendo un crisol de diversidad espiritual.
El panorama actual
Hoy
en día, a pesar de que la Iglesia católica sigue siendo la religión
mayoritaria, se observa un cambio notable en las creencias y la práctica
religiosa. Las comunidades religiosas están cada vez más atomizadas, con un
creciente número de personas que se identifican como no religiosas o que
adoptan creencias de diversas tradiciones.
La
relación entre religión y sociedad continúa evolucionando, impulsada por
factores como la globalización, el acceso a la información y la difusión de
nuevas ideas a través de las redes sociales. Ya no es solo el catolicismo lo
que define la espiritualidad en Latinoamérica, sino una rica diversidad de
creencias que coexisten y, en ocasiones, se confrontan.
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