Varios Temas: LA VAINA ESTÁ JODÍA EN VENEZUELA

la vaina está jodía en Venezuela

Me disculpan la expresión, pero es la verdad que repite incluso quien se está tomando una cerveza, compra un pan de jamón o le cambia un caucho al carro: ¡La vaina está jodida en Venezuela!

He tenido la oportunidad de escucharlo en mi transitar -que para quienes me conocen, saben lo mucho que camino a diario-. He de suponer que son personas que no se conocen, pero que digan esa expresión o “la cosa está arrecha”, o “estamos mal aunque no lo reconozcan”, se hace habitual.

Y no es cosa de una tendencia política u otra, lo dicen por igual así culpen a quien culpen y eso, por lo menos, es un punto coincidente. El asunto es que ningún bando trabaja para encontrar una solución salomónica.

Entre eso del bloqueo o los embargos o ahora la supuesta piratería petrolera para unos; para los otros, es que los que manejan la economía no saben lo que hacen ni son sinceros; para otros, que ningún bando da su brazo a torcer y busca soluciones radicales basadas en los libros.

Lo cierto es que la vaina está jodía en Venezuela, quieran taparearlo o disfrazarlo u obligarte a callar, además de aplicar con más fuerza aquella técnica de los conquistadores españoles para controlar a los indígenas: Hacer fiestas para que no reparen en sus problemas (el conocido “pan y circo”).

 

Varios temas que aseguran que la vaina está jodía en Venezuela

Vuelvo a excusarme por la expresión, pero es la forma más patria, cruda, realista e integradora que hay para ello y es la que están repite y repite todos. Y me incluyo.

Pero vean la incidencia de los gastos menores que se hacen mayores a la semana: Jugos, pan, harinas, queso, jamón, mortadela, margarina, refrescos, compotas, pañales, verduras, frutas, hortalizas, condimentos. No estoy hablando de las grandes compras de víveres y proteínas, sino de lo más regular, que suben tanto de precio sea por la devaluación del bolívar como por los problemas de traslado, que se transforman en un cargo fantasma que se materializa cuando sacamos cuentas.

Súmenle galletas, leche, un perro caliente o hamburguesa, unas empanadas y café sí pueden llegar a ese extremo, la cuenta semanal se torna abismal y uno no se da cuenta porque es comida que llega, nos ayuda y se va, no es de la que uno hace stock.

La moto, el carro, el teléfono (reparaciones o recargas), WIFi, bicicletas, zapatos, transporte público, teléfono fijo. Sea como sea que nos traslademos, comuniquemos y entretengamos, sigue siendo fuertemente incidente y pareciera que cuando no se alivió un mes, ya está pronta la próxima reparación, mejora, reemplazo o factura, verdaderamente atosigante.

Quizá el agua y la electricidad, con sus fallos y manipulaciones que molestan y perturban nuestro desenvolvimiento, no sean tan incidentes para muchos porque lo pagan de los bonos, pero esos cargos están allí y no se equipara precio – calidad. Eso demuestra que la vaina está jodía en Venezuela porque no se recibe lo que se paga, que es mucho muy indignante.

No hablaremos del entretenimiento de la familia, las salidas románticas de la pareja (comida, transporte, motel, detalles) o un viaje a playa y piscina. Se hace, la gente se esfuerza porque está cansada de tener que estar en el ciclo del puro deber y nada de placer, pero siempre trae otras limitaciones (aunque sarna con gusto no pica, no es lo que uno espera de la vida y su esfuerzo).

Y los que se la dan de ostentosos, de que todo está bien y que los medios, redes sociales y personas exageran y sólo quieren atacar a uno u otro bando, por dentro también sufren el vía crucis de que la vaina está jodía en Venezuela y en partida doble, ya que deben defender su posición aparentando y sufrir los embates de una economía que no es económica sino la madre del obscurantismo.

Y cuando el ánimo baja y la incertidumbre crece, la añoranza aflora y el disimular o fingir estabilidad afloran, quiere decir que es verdad que la vaina está jodía en Venezuela y no parece acomodarse, ya que no le ponen el cascabel al gato y son más como el perro del hortelano.

Habrá quien doga, "jodío pero pa'lante" y es verdad, porque así como no dejamos de darnos un gusto, le damos duro para no decaer; lo que también debe tener énfasis es que nadie de bien se merece estar en esta constante zozobra que incluso afecta a la vergüenza y a la humildad.

Lcdo. Argenis Serrano 

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