Las empresas no pueden
funcionar sin una gestión empresarial adecuada, ya que, en el management
o la dirección de la empresa, radica la posibilidad de alcanzar los objetivos
deseados. El gestionar empresas puede resultar complicado para aquellas
personas que no tienen mucha experiencia en el tema y/o no se dejan asesorar
por un abogado experto en derecho administrativo
Dicha complicación es
recurrente en los emprendedores que deben manejar todos los aspectos de su
negocio y que necesitan una guiatura correcta para saber establecer metas
claras desde el principio y poder trabajar sobre ellas durante el año.
¿Qué es la gestión empresarial?
Es el proceso que se
encarga de planificar, organizar, dirigir y controlar las actividades de
una empresa con el propósito de lograr las metas establecidas. Esto puede
incluir la planificación a corto y largo plazo y la supervisión de cómo se
cumple esa planificación en todas las áreas de la empresa, desde las finanzas
hasta los recursos humanos.
Los gerentes deben poseer
habilidades importantes como liderazgo, buena comunicación, pensamiento
estratégico y capacidad para resolver problemas, porque estas habilidades les
permiten enfrentar los desafíos que trae este manejo integral, además de “tomar
decisiones en caliente, pensando en frío”, que beneficien a la
organización.
En términos simples, la
gestión empresarial se refiere a cómo se coordinan y administran las tareas
y recursos de una empresa para alcanzar un objetivo específico, incluyendo
el supervisar y capacitar al personal, seguir de cerca las operaciones y
diseñar una estructura adecuada para que la empresa funcione de la mejor manera
posible en el futuro.
Características de la gestión empresarial
Logro de objetivos:
Las empresas tienen metas que deben alcanzar, y será gracias a su apropiada gestión
empresarial y su diseño personalizado el que precisamente permitirá conseguir
estos objetivos, ya que este es el motivo principal que da sentido a su
existencia.
Gerentes capacitados:
La tarea de gestionar es llevada a cabo por personas altamente capacitadas que
se aseguran de que todas las tareas y proyectos se desarrollen de manera
adecuada para lograr el crecimiento del negocio.
Planificación
fundamental: Todo proceso de gestión necesita una
planificación clara, elaborada por la dirección alta de la empresa y luego
comunicada a los gerentes y jefes de área para su correcto desarrollo.
Cumplimiento legal: Todas
las acciones de la empresa deben ser respetuosas de las leyes vigentes en la
región donde opera e incluso, de su cultura. Esto también circunscribe el
comportamiento ético de los directivos y empleados.
Fases de la administración y gestión empresarial
Planificación:
Aquí se fijan los objetivos y se elaboran las acciones necesarias para
alcanzarlos, siempre que se tenga la claridad sobre hacia dónde quiere ir la
empresa y cómo se planea llegar allí.
Organización:
En esta fase se establece la estructura de la empresa, se asignan
responsabilidades y se determinan los procesos que se deben seguir para cumplir
el plan. Una buena estructura asegurará que la comunicación sea eficaz y las
tareas se distribuyan correctamente.
Dirección:
Es la etapa en la que se lidera y motiva a los equipos de trabajo, lo que involucra
guiar, coordinar y supervisar las actividades de los colaboradores, asegurándose
de que todos trabajen hacia los mismos objetivos y no dejando de lado sus
propios aportes que vayan en crecimiento de la firma empresarial.
Control:
En esta fase, se monitorean las actividades y se comparan los resultados reales
con los planificados, permitiéndose así detectar desviaciones y aplicar
correcciones necesarias para asegurar el éxito.
Coordinación:
Es el momento en que se alinean las actividades de los diferentes departamentos
de la empresa, se cotejan los trabajos y aportes y así se evitan duplicados en
las tareas, se acrecientan las ideas y alcances y se optimiza el uso de
recursos materiales y la reivindicación del capital humano.
Comunicación: Se
deben establecer canales de comunicación claros y efectivos tanto dentro como
fuera de la organización, para garantizar que la información fluya
adecuadamente entre todos los involucrados. Mientras mejor comprensión haya
entre las partes, más logros positivos se han de tener.
Evaluación y mejora
continua: Por último, es importante realizar una evaluación
regular del desempeño de la empresa para así identificar áreas que necesitan
mejora y hacer los ajustes necesarios en el proceso administrativo. La mejora
continua es un principio recurrente y/o permanente en la gestión empresarial
actual, pues busca asegurar que la empresa sea eficiente y se adapte a los
cambios del entorno.
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