PORTAAVIONES USS GERALD R. FORD

El USS Gerald R. Ford (CVN-78) o “el coloso del mar” es el portaaviones más avanzado y costoso jamás construido por la Marina de los Estados Unidos. Bautizado en honor al 38.º presidente del país, quien sirvió como oficial naval en la Segunda Guerra Mundial, este buque representa el inicio de una nueva clase de superportaaviones diseñada para dominar los mares durante los próximos 50 años.

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Aspectos técnicos y tecnológicos

Con una longitud de 337 metros y una manga de 78 metros en la cubierta de vuelo, el Gerald R. Ford desplaza más de 100.000 toneladas a plena carga. Su propulsión proviene de dos reactores nucleares A1B, capaces de generar 600 megavatios de electricidad, lo que triplica la capacidad de los portaaviones clase Nimitz.

Esta energía no solo impulsa el buque, sino que alimenta sistemas avanzados como radares, catapultas electromagnéticas y futuras armas de energía dirigida.

Uno de sus avances más notables es el sistema de lanzamiento electromagnético de aeronaves (EMALS), que reemplaza las tradicionales catapultas de vapor. Este sistema permite lanzamientos más suaves y rápidos, reduciendo el desgaste en las aeronaves y aumentando la eficiencia operativa.

Para recuperar los aviones, el buque emplea el sistema de detención avanzado (AAG), que también mejora la seguridad y reduce los costos de mantenimiento.

 

Capacidades militares

El Gerald R. Ford puede transportar más de 75 aeronaves, incluyendo cazas F-35C, F/A-18 Super Hornet, aviones de guerra electrónica EA-18G Growler, aviones de alerta temprana E-2D Hawkeye y helicópteros MH-60.

También está preparado para operar drones no tripulados, lo que lo convierte en una plataforma versátil para misiones de combate, vigilancia y apoyo.

En cuanto a armamento, cuenta con misiles RIM-162 ESSM, RIM-116 RAM, sistemas de defensa cercana Phalanx CIWS, cañones Mk 38 de 25 mm y ametralladoras M2 de calibre 50. Su radar de doble banda (DBR) combina frecuencias X y S para una vigilancia aérea y marítima de alta precisión.

 

Impacto económico

El costo total del Gerald R. Ford supera los 13 mil millones de dólares, incluyendo más de 4 mil millones en investigación y desarrollo. Aunque su construcción enfrentó retrasos y sobrecostos, la Marina argumenta que su diseño reducirá los costos operativos a largo plazo.

Gracias a la automatización, requiere 600 tripulantes menos que los portaaviones anteriores, lo que supone un ahorro de más de 4 mil millones de dólares en varios temas de su vida útil.

Además, su diseño modular permite actualizaciones tecnológicas sin necesidad de reconstrucciones estructurales, lo que lo convierte en una inversión estratégica para el futuro de la guerra naval.

 

Vida a bordo y curiosidades

La tripulación del Gerald R. Ford puede superar las 4.600 personas, incluyendo marineros, aviadores y personal de mando. A bordo hay gimnasios, comedores, lavanderías industriales, barberías y sistemas de entretenimiento. Se dice que el café es excelente y que el WiFi interno es sorprendentemente rápido para estar en alta mar y tener a tantos usuarios.

Entre sus curiosidades, el buque puede lanzar más de 160 aeronaves por día en operaciones normales, y hasta 220 en situaciones de combate intenso. Su sistema de elevadores de armas puede transportar municiones desde las bodegas hasta la cubierta en menos de 10 segundos. Además, puede producir 400.000 galones de agua potable al día y servir hasta 15.000 comidas diarias.

Más allá de su poder destructivo, el Gerald R. Ford es un símbolo de presencia global. Sirve como buque insignia del Grupo de Ataque de Portaaviones Doce y ha participado en ejercicios conjuntos con aliados en el Mediterráneo, el Atlántico y el Indo-Pacífico.

Su diseño refleja la evolución tecnológica a la par de la visión estratégica de Estados Unidos para mantener la supremacía naval en el siglo XXI.

Lcdo. Argenis Serrano 

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